13 de julio de 2014

¿Necesita mi empresa estar en Facebook?



Para terminar el fin de semana, he decidido que era el momento de hacer una excursión y descubrir alguno de los múltiples parajes que podemos encontrar en la comunidad de Aragón. Esta vez, el destino elegido ha sido el Monasterio de Piedra, visita por cierto más que recomendable para todos aquellos que no lo hayan visto, ya que además del Monasterio, podemos pasear por el parque natural y perdernos entre naturaleza y enormes cascadas de agua.

Pero este post no es para hablaros de lo bonito que es el sitio sino para compartir con vosotros algo que me vino a la cabeza ayer cuando se me ocurrió la idea de la excursión: ¿tendrá Facebook el Monasterio de Piedra? Automáticamente cogí mi smartphone y busqué, y efectivamente lo tiene. Una página muy bien alimentada y que cuenta con más de 17.000 de "likes", en la que puedes encontrar información del sitio y fotos del mismo, lo cual te permite hacerte una idea de a donde vas.

Y la verdad, que esto mismo que hice yo, lo hacen la mayoría de los usuarios de Internet hoy en día. Ya sea en Facebook, Instagram o TripAdvisor, pero cuando queremos viajar a algún sitio, nos gusta conocer la opinión de la gente que ya ha estado allí. Que nos cuenten lo bueno y lo malo, los pros y los contras, antes de visitar el lugar. Pero esto no se reduce únicamente a los viajes, es extensible a toda acción que implique gastar dinero por parte del usuario. Y es que todos sabemos que el director de la empresa nunca nos contará los contras de su marca, al contrario, todo será bonito, ¿pero que pasa con el cliente? Él si lo hará, y esa opinión vale mil veces más que cualquier otra.

Es por esto que muchas empresas se hacen la misma pregunta "¿Tenemos que estar en Facebook? ¿Y en Twitter? Y si estamos, ¿para qué nos servirá?". Y aunque el auge de las redes sociales no es nuevo, a la mayoría de las empresas las ha pillado desprevenidas. Pero una cosa es evidente: las redes sociales se han convertido en una plataforma a nivel mundial en la que los ciudadanos se sienten cómodos relacionándose y las empresas se están dando cuenta de que quizás no deban, o no puedan permitirse, dejar pasar la oportunidad.

Sin embargo, estar en Facebook no consiste en crear una cuenta y sentarse a esperar que crezcan los beneficios de tu empresa. Hay que alimentarla y saber medir los resultados, pero lo más importante, hay que hacer feedback con el usuario. El cliente necesita saber que la empresa lo escucha, que lo conoce y se lo demuestra, y sólo entonces conseguiremos fidelizarlo. Hay estudios que demuestran que el 80% de los usuarios están menos dispuestos a comprar a aquellas empresas que ignoran sus quejas a través de las redes sociales.

En definitiva, escuchando las conversaciones que los usuarios establecen alrededor de nuestros productos obtendremos información muy valiosa sobre qué es lo que les importa, cómo usan en realidad los productos, cuales son sus necesidades y prioridades... y esto se convierte en un beneficio directo para la empresa.

Y a ti, ¿todavía te quedan dudas de si tu empresa tiene que estar en Facebook?



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