Últimamente la figura del community manager - o en castellano, 'gestor de comunidades' - está en auge. Muchas son las empresas que al calor de las redes sociales empiezan a ver la necesidad de tener a alguien en la empresa que gestione las relaciones con sus clientes, usuarios o público objetivo en Internet. Se trata pues de una profesión en alza, debido a la gran repercusión actual que tienen las redes sociales en las tendencias de consumo pero... ¿son todos unos buenos profesionales? ¿o estamos ante una nueva profesión en la que todo vale?
La figura del community manager debe ser un profesional capaz de velar por la imagen de marca de la compañía en la red y crear una comunidad de usuarios en torno a la misma. Podría considerarse como el embajador de la compañía frente a sus clientes.
Pero además de esto, debe cumplir una serie de requisitos:
- Formación: es fundamental que la persona encargada de dinamizar la comunidad online de la empresa o marca tenga formación para ello, es decir, debe de tener conocimientos de marketing y comunicación, para hacer frente a su trabajo de forma satisfactoria, cumpliendo así los objetivos marcados por la empresa y por supuesto, conocer a la perfección todas las redes sociales.
- Empatía y asertividad: debe saber ponerse en el lugar de los consumidores y aceptar tanto las opiniones favorables como las críticas, sin mostrarse indiferente o agresivo ante estas últimas. No se debe llegar nunca a una ‘crisis de reputación en redes’, que puede, en muchas ocasiones (si no la gestionamos bien) dañar la imágen de la empresa.
- Creatividad: quizás esta sea una de las grandes ‘cualidades’ que debe tener un community manager. Se trata no sólo de saber redactar contenidos, comunicarlos, escuchar y conversar con la comunidad online… sino que es fundamental que sepa plantear acciones novedosas que atraigan la atención de los usuarios, consiguiendo así aumentar el número de seguidores.
- Fidelizar: es imprescindible saber ‘fidelizar’ a los clientes de la empresa, para que ellos mismos se conviertan en prescriptores de la marca y así aumente el grado de confianza puesto en la empresa que estamos gestionando.
Además, debe ser organizado, resolutivo y paciente, pues a veces los clientes somos capaces de sacar de sus casillas al más tranquilo.
En mi opinión, y aunque muchos crean los contrario, cualquiera no vale para ser community manager. Parece una profesión en principio fácil y cómoda, pues en muchas ocasiones se realiza de modo freelance desde el salón de tu casa, pero hay que tener en cuenta que esa persona al otro lado del ordenador es la encargada de gestionar la reputación online de nuestra empresa y de ella dependerá, en mayor o menor medida, el éxito de la misma.
Y tú, ¿eres un buen community manager?
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