14 de julio de 2014

El arte de contar historias



Hoy me propongo hablaros de algo que aprendí el otro día gracias a Alicia, directora y fundadora de la empresa Social in Way : el storytelling. Bueno, para ser exactos no lo aprendí el otro día, es algo que ya conocía y que ya me había llamado la atención; el otro día simplemente le puse nombre.

Para todos aquellos que no sepáis de lo que estoy hablanco creo que lo mejor será empezar con una clase teórica, para meternos en situación.

El storytelling es una nueva herramienta de marketing para captar usuarios a través de la publicidad, que trata de conectar con la parte emocional del cliente. No pretende persuadir hablando de las características y virtudes de un producto sino que se basa en la comunicación a través de historias para conseguir un impacto mayor y más duradero en nuestra audiencia. Se trata de transmitir mensajes que capten la atención de los usuarios y consigan que éstos los recuerden.

Supongo que a estas alturas, muchos ya os habréis dado cuenta de que este fenómeno está cada vez más extendido entre las grandes marcas, que saben que los mensajes emocionales son mucho más eficaces que los racionales. Y si os paráis a pensar un poquito, seguro que muchos habréis visto alguna vez en la TV un anuncio que cumple con los requisitos de este nuevo concepto de publicidad, como el último de Ikea o el que sacó Campofrío para su campaña de Navidad, aunque desde mi punto de vista el gurú del storytelling es sin duda Coca-Cola.

Pero, ¿pueden todas las marcas permitirse este tipo de publicidad? ¿o por el contrario está destinada a unos pocos privilegiados? Supongo que habrá opiniones para todos los gustos pero yo creo que es para unos pocos privilegiados, es decir, para aquellas marcas que ya tienen un recorrido en el mercado y son conocidas por los usuarios. Coca-Cola no necesita vender su producto, todo el mundo sabe lo que es, pero ¿qué pasa con la forma de vida que te venden? ¿esa felicidad que se siente cuando te bebes una lata? eso sólo tienen una forma de transmitirlo y al final, gracias al storytelling, consiguen hacerte creer que realmente necesitas este refresco para ser feliz. Con marcas que acaban de salir al mercado, esto no sirve, pues antes de crear un vínculo emocional con el cliente tienes que contarle quien eres.

En definitiva, se trata de conectar con el cliente, vincular nuestro producto o servicio a un recuerdo o una sensación vivida por el cliente que le cree sensaciones positivas, consiguiendo crear un vínculo fuerte a sus emociones. De esta manera, conseguiremos fidelizarlo, que al final es la meta de todas las marcas.

Y para muesta, un botón ;)

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