Esto provoca que los consumidores sean cada vez más exigentes con las marcas y que siempre pidan más: más producto, más descuento, más servicio... pero eso se lo puede dar cualquier empresa; eso no hará que consigas más clientes ni que fidelices a los que ya tienes. Entonces ¿qué debes hacer para ser el elegido? Si tu objetivo es crear un vínculo de unión entre tu marca y tu público objetivo tienes que ir más allá. No intentes sólo llegar al a razón, intenta llegar al corazón. Tienes que conseguir reinar en el imperio de los sentidos, tienes que utilizar marketing sensorial.
¿Qué es el marketing sensorial?
Nuestro cerebro es como es: tiene su parte racional y su parte emocional. La primera nos hace pensar coherentemente y la segunda nos hace actuar por impulsos y esto, las grandes marcas lo saben, y lo utilizan en beneficio propio para hacer publicidad. Los recuerdos fijados a través de emociones y sensaciones son mucho más estables, más duraderos, y cuando esto se convierte en un medio para fidelizar o captar clientes nos encontramos ante el marketing sensorial.
¿Cómo hacer marketing sensorial?
Como comentaba antes, utilizar los 5 sentidos para intensificar las sensaciones de un cliente ante una compra, un producto o una publicidad se viene haciendo desde hace mucho tiempo. La única diferencia es que antes se hacía de forma inconsciente y ahora es una estrategia planificada que busca crear esas sensaciones.
Y como esto se trata de enamorar con los 5 sentidos a los clientes, vamos a ver como afecta cada uno de ellos en la decisión de compra:
OÍDO:
La primera táctica utilizada para potenciar nuestros sentidos fue la música.
La música tiene cinco funciones dentro de un espacio: mejorar el ambiente de trabajo, eliminar el silencio, generar imagen de marca, pero también gestionar los flujos de clientes.
En las tiendas de moda se pone la música a todo volumen porque nos envía una señal que se corresponde al mensaje de la marca. Sin embargo, en un supermercado la musica esta diseñada para darnos un ritmo pausado, para relajarnos y que nos quedemos más tiempo.
Y como esto se trata de enamorar con los 5 sentidos a los clientes, vamos a ver como afecta cada uno de ellos en la decisión de compra:
OÍDO:
La primera táctica utilizada para potenciar nuestros sentidos fue la música.
La música tiene cinco funciones dentro de un espacio: mejorar el ambiente de trabajo, eliminar el silencio, generar imagen de marca, pero también gestionar los flujos de clientes.
En las tiendas de moda se pone la música a todo volumen porque nos envía una señal que se corresponde al mensaje de la marca. Sin embargo, en un supermercado la musica esta diseñada para darnos un ritmo pausado, para relajarnos y que nos quedemos más tiempo.
De los cinco sentidos el olfato es el que más emoción genera, son medios de transmisión muy potentes, porque se quedan en la memoria durante mucho tiempo. Un aroma adecuado en punto de venta aumenta la predisposición a comprar un 20%.
VISTA:
“Una imagen vale más que mil palabras”. El sentido de la vista es el que puede impresionar más nuestra mente y también es el principal sentido del ser humano. La mente comprende mejor lo que ve y lo recuerda durante más tiempo.
Un ejemplo podría ser la disposición estratégica de los productos en un supermercado o los carteles publicitarios que tiene la marca Abercrombie & Fitch que ocupan el espacio de un edificio entero.
GUSTO:
Haz que tus clientes degusten tu marca. Olores y sabores son los sentidos más interconectados y por lo general actúan en cierta consonancia, si la comida huele bien, es raro que resulte desagradable al gusto. El uso del sentido del gusto es bastante limitado, ya que puede aplicarse en algunas categorías de producto: alimentos, bebidas, ciertos medicamentos, y productos de baño como la pasta de dientes.
TACTO:
Se adquiere con este sentido información importante acerca de la realidad. Los consumidores quieren verificar lo que están comprando, apreciando las características antes de finalizar la compra.
Es uno de los sentidos que menos se tiene en cuenta en el mercado, pero tiene una gran relevancia.
Recuerdo el spot de BMW para su campaña "¿te gusta conducir?", posiblemente uno de los primeros ejemplos de publicidad con marketing sensorial. Con esa campaña la marca consiguió llegar al tacto. A través de las imágenes, todos podíamos sentir el viento rozando nuestra mano ¡y sin movernos del sofá de casa!
Recuerdo el spot de BMW para su campaña "¿te gusta conducir?", posiblemente uno de los primeros ejemplos de publicidad con marketing sensorial. Con esa campaña la marca consiguió llegar al tacto. A través de las imágenes, todos podíamos sentir el viento rozando nuestra mano ¡y sin movernos del sofá de casa!
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